Los muebles decapados gustan por frescos y porque poseen un aire antiguo muy apreciado hoy día. La madera se oculta bajo varias capas de pintura y eso, aunque suene raro, da como resultado piezas sorprendentes.
Algunos, en concreto aquellos decapados en blanco, son originarios de Francia y comenzaron a fabricarse en el siglo XVIII, durante el periodo llamado rococó francés. Hace más de dos siglos que se decapa la madera. Hoy, la pasión por lo artesanal ha revivido este original acabado.
Tenemos que diferenciar si el mueble que vamos a pintar está nuevo y sin ningún tipo de barnices, en crudo, o es como en este caso un mueble que ya tiene una capa de pintura.
En el primer caso se aconseja dar una mano de tapaporos para que no absorba mucha pintura y nos sea más fácil trabajar.
En caso de que este pintado o tenga restos de cera deberemos pasar lana de acero con aguarrás para quitar la cera y que nos coja bien la pintura.
Los pasos son los siguientes:
- Una capa de selladora si es un mueble en crudo.
- Una mano de pintura, mejor darla con un rodillo y si la pieza es pequeña y no es posible mejor con una brocha muy suave para intentar no dejar marcas.
- Lijamos con una lija de agua pero seca, de esta forma suavizamos la pintura y eliminamos excesos.
- Damos una segunda mano de pintura muy estirada.
- Desgastamos con lana de acero fina de la utilizamos para pulir.
- Pasamos un guante de crin para pulir y ya vereis como va saliendo brillo.
- Acabamos con cera o con barniz según el gusto de cada uno.